sábado, 22 de noviembre de 2014

Pica



A 114 km de Iquique, Pica es un oasis que aparece como un manchón verde en la planicie inclinada.

En una zona de salares y geoglifos, el poblado de Pica es famoso por sus limones, pequeños, redondos y de color verde, ingrediente que hace la diferencia en un buen pisco sour. Pero también Pica –y su vecino Matilla– se luce por sus frutos, como los mangos, guayabas, pomelos y sus aromáticas naranjas. Estos “milagros” del desierto se riegan con aguas de napas subterráneas que se acumulan en una suerte de piscinas llamadas cochas. La más famosa que atrae a los bañistas por su temperatura es la cocha Resbaladero, a la que puedes llegar a pie desde la plaza.

Aquí se preparan alfajores rellenos de unas mermeladas especiales, que no se hacen en ninguna otra parte de Chile. Dicen que no le dan a nadie la receta. Pica y Matilla mantienen una antigua tradición de competencia, así que prueba en ambos los alfajores. No son iguales, pero sí muy buenos.

Las construcciones de Pica dan cuenta de los distintos momentos que vivieron estos pueblos que datan del 1700, como sus iglesias( de San Andrés) o las casas que rodean la plaza, que conservan una arquitectura parecida a la del barrio histórico de Iquique.

Si quieres salir a explorar, también puedes ir a el Salar de Huasco y el Salar Coposa, en el altiplano, a más de 4.500 metros de altitud. Ambos son lugares para laobservación de aves.



Matilla:


El oasis de Matilla se ubica a mil metros sobre el nivel del mar, en el margen oriental de la Pampa del Tamarugal, a 120 kilómetros al sureste de Iquique, y junto a la Quebrada de Quisma. Se pobló a comienzos del siglo XVIII, llegando al lugar población proveniente de Pica, situado a 3 kilómetros. 


Matilla basó su economía en la producción de vinos, testimonio de la cual es el lagar que, gracias a la restauración efectuada en 1968 por la Universidad de Chile, permite hacerse una idea cabal del proceso de elaboración vinífera de la época colonial. Tras la cosecha de las uvas, se procedía a su "pisa", y al prensado del líquido resultante. El prensado se realizaba mediante el uso de la "viga", grueso tronco de algarrobo que, accionado por un cabrestante, efectuaba un movimiendo de báscula. El producto se guardaba en tinajas de greda que, a objeto de que mantuvieran una temperatura uniforme eran enterradas parcialmente. El destape de las primeras tinajas se efectuaba anualmente durante la fiesta de San Antonio, el 13 de junio.

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